El 10 de julio pasado se cumplió un año de uno de los grandes momentos en la historia reciente del fútbol mexicano. En una tarde inolvidable, ante un Estadio Azteca pletórico, el Tricolor ganó la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA México 2011, derrotando 2-0 a su similar de Uruguay en un partido que se mantiene en la memoria de los aficionados locales.
Carlos Fierro fue una de las grandes figuras de esa selección mexicana y del torneo en general. Autor de cuatro goles en la fase final, fue galardonado con el Balón de Bronce Adidas al terminar la competencia. Así, pocas voces más calificadas para recordar la epopeya que vivió con sus compañeros, y charlar, en exclusiva para FIFA.com, sobre lo que ese torneo le dejó para el resto de su carrera.
Alegría inmejorable
Carlos Fierro apenas cumplirá 18 años el próximo 24 de julio. Tenía sólo dieciséis cuando, frente a más de cien mil aficionados, se alineó con sus compañeros para recibir el trofeo más importante de su categoría. No sorprende entonces que, al preguntarle sobre sus recuerdos, no tenga más que palabras de asombro. “Fue una emoción muy grande, durante todo el torneo, pero sobre todo en la final. Recuerdo a toda la gente cantando el himno antes del partido, el cielito lindo cuando íbamos ganando… ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Y, claro, más cuando terminó todo y sabíamos que éramos campeones del mundo”.
Carlos Fierro apenas cumplirá 18 años el próximo 24 de julio. Tenía sólo dieciséis cuando, frente a más de cien mil aficionados, se alineó con sus compañeros para recibir el trofeo más importante de su categoría. No sorprende entonces que, al preguntarle sobre sus recuerdos, no tenga más que palabras de asombro. “Fue una emoción muy grande, durante todo el torneo, pero sobre todo en la final. Recuerdo a toda la gente cantando el himno antes del partido, el cielito lindo cuando íbamos ganando… ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Y, claro, más cuando terminó todo y sabíamos que éramos campeones del mundo”.
El delantero de las Chivas del Guadalajara llamó la atención por su capacidad frente al marco y la madurez con la que lideró el ataque mexicano. Pero además, como el resto de sus compañeros, mantuvo una confianza a toda prueba durante la justa. “Desde el primer partido sabíamos que el equipo estaba para grandes cosas. Muchos no confiaron en nosotros antes del torneo, pero nunca dudamos. Eso sí, con el paso de los días tratamos de irnos contagiando la idea de que queríamos ganar el campeonato, y si lo logramos fue porque fuimos una verdadera familia”.
Por supuesto, el camino también tuvo algunos sobresaltos. Para Fierro hubo sobre todo uno que puso en peligro el título para los aztecas. “La semifinal contra Alemania, fue un equipo durísimo. Se pudo ganar por tres goles a dos, pero nos costó mucho trabajo y hubo un momento en que parecía que perdíamos. Al final fue un acto heroico de mi compañero Julio Gómez, que pese a tener una lesión en la cabeza, se levantó para marcar el gol del triunfo”.
Además de lo sucedido dentro de la cancha, para Carlos fue igualmente valioso lo que pasó alrededor y tiene recuerdos que lo acompañarán toda la vida. “Fueron momentos muy felices, la verdad. Toda la preparación que hicimos antes del torneo. Los entrenamientos, las levantadas temprano, las comidas en donde la pasábamos tan bien todos juntos. ¿Cómo voy a poder olvidar eso?”, se pregunta con nostalgia.
Un futuro prometedor
Tras el torneo, Carlos se sumó al primer equipo las Chivas, con el que debutó apenas un par de meses más tarde de su gesta mundialista, el 2 de septiembre de 2011, en el triunfo rojiblanco frente a Tijuana. Desde entonces ha disputado 21 encuentros, 9 de ellos como titular, y aunque no ha podido marcar goles en el torneo local, sí estrenó ya su casillero en la Copa Libertadores, y le dio la victoria a su equipo frente al Defensor Sporting de Uruguay. Para el delantero, la experiencia de México 2011 ha sido fundamental en su incipiente carrera profesional. “Fue un impulso muy grande iniciar con un campeonato así. Una catapulta para darse cuenta que se pueden conseguir cosas importantes”.
Tras el torneo, Carlos se sumó al primer equipo las Chivas, con el que debutó apenas un par de meses más tarde de su gesta mundialista, el 2 de septiembre de 2011, en el triunfo rojiblanco frente a Tijuana. Desde entonces ha disputado 21 encuentros, 9 de ellos como titular, y aunque no ha podido marcar goles en el torneo local, sí estrenó ya su casillero en la Copa Libertadores, y le dio la victoria a su equipo frente al Defensor Sporting de Uruguay. Para el delantero, la experiencia de México 2011 ha sido fundamental en su incipiente carrera profesional. “Fue un impulso muy grande iniciar con un campeonato así. Una catapulta para darse cuenta que se pueden conseguir cosas importantes”.
Y, por supuesto, la vida no ha sido la misma a partir de entonces. Desde el reconocimiento en la calle hasta la exigencia de los aficionados. “Antes no me conocían pero ahora llega la gente a pedir fotos y autógrafos. Trato siempre de ser humilde y atender a todos los aficionados. Es parte del futbol y yo lo asumo”.
El futuro presenta nuevos retos para Carlos Fierro. El primero, la preparación para la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013. “Claro que sí, ilusiona siempre estar en selección, por supuesto que quiero seguir y ganar dos Mundiales consecutivos. Es muy difícil, pero trabajando siempre se pueden conseguir las cosas”. ¿Y más adelante? El cielo es el límite. “He soñado con jugar el Mundial 2014, también ir a Europa donde mi equipo favorito es el Barcelona, pero hay que ir poco a poco, primero ganarse un puesto en Chivas, que llegue todo a su tiempo. Sé que soy muy joven y no debo desesperarme”.
FIFA.com
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